_
_
_
_
_
ANDREAS SCHLEICHER | Director del Informe PISA

“Equidad no es tratar a cada alumno y cada centro de la misma forma”

Schleicher es el referente intelectual en el que se apoya el ministro de Educación

Andreas Schleicher.
Andreas Schleicher.

Andreas Schleicher (Hamburgo, 1964), subdirector de Educación de la OCDE y director del informe de referencia internacional PISA —que evalúa el nivel de los alumnos de 15 años— es el referente intelectual en el que constantemente se apoya el ministro de Educación, José Ignacio Wert, para defender en el Congreso o en rueda de prensa su reforma educativa. Comparten opinión sobre la necesidad de evaluaciones externas o las sinergias con el mundo empresarial, pero también a Schleicher le preocupa progresar hacia un sistema de mayor calidad, sin poner en riesgo la equidad. El investigador abrirá hoy la Semana de la Educación de la Fundación Santillana.

Pregunta. Hablará en Madrid sobre las fuerzas y debilidades del sistema educativo español. ¿Nos puede dar un adelanto?

Respuesta. En los últimos 40 años España ha progresado mucho en términos de integrar a más personas en el sistema educativo. Pero si mira a los resultados PISA en los últimos 10 años, sigue habiendo mucho margen de mejora. El sistema no es del todo eficiente: hay bastante inversión, pero los resultados no cumplen con las expectativas. El vaso está medio lleno, pero no lleno.

P. ¿Cómo afecta esto al mercado laboral?

R. Hay muchos graduados desempleados que buscan trabajo y al tiempo muchos empresarios que dicen que no encuentran el perfil adecuado. Hay un desequilibrio entre lo que necesita la sociedad y lo que ofrece la escuela. Hay que invertir en ello. La educación de hoy es la economía de mañana. España dispone de un sistema universitario desarrollado, pero hay que crear más variedad en la oferta de talento.

P. ¿Cómo se hace?

R. España tiene un alto índice de abandono escolar. Se aburren, no sienten que lo que aprenden en la escuela se aplica a su vida actual y futura. Si gestiona un supermercado, y cada día de 100 clientes 30 salen sin comprar nada, se cambia el inventario. Ahí es donde se equivocan las escuelas, se centran demasiado en un currículo prescriptivo.

P. Como apunta, hay mucho desempleo entre los jóvenes, incluso entre los diplomados. ¿Cómo se puede motivar a la gente?

R. Hay claves en el lado de la demanda, de la flexibilidad del mercado laboral. Pero lo principal es disponer de las calificaciones adecuadas. Todavía tenemos la mentalidad de: “Aprendo para trabajar en un empleo”. Y debe ser: “Aprendo para crear un empleo. Formo parte de la futura economía, no me limito a rellenar un hueco ya existente”. Las escuelas deben fomentar este tipo de espíritu empresarial.

P. Insiste en la diferencia entre el conocimiento y su aplicación.

Comparativa de la OCDE

Las diferencias de rendimiento entre los centros escolares más y menos favorecidos en España fueron relativamente pequeñas en 2012: 26 puntos en comparación con el promedio de la OCDE de 71 puntos.

En España el 6% de los estudiantes supera sus desventajas socioeconómicas y exceden las expectativas, una disminución de 2 puntos porcentuales desde 2003.

Más del 85% de las diferencias entre regiones en España se deben a disparidades socioeconómicas, mucho más que en cualquier otro país de la OCDE del que se dispone de datos (47% en Italia, 16% en Canadá y 26% en Australia).

En todos los países de la OCDE, un estudiante más favorecido socioeconómicamente obtiene 39 puntos más en Matemáticas —el equivalente a casi un año de escolarización— que un estudiante menos favorecido.

R. A los españoles se les da bastante bien reproducir lo que han aprendido, pero suelen tener dificultades para extrapolarlo y utilizar sus conocimientos en diferentes condiciones. ¿Por qué es un problema? Se puede ver en el mercado laboral. La economía ya no paga a las personas por lo que saben, para eso está Google. Paga por lo que son capaces de hacer con esos conocimientos.

P. El último Informe PISA destaca un estancamiento de España en la pasada década a pesar de un incremento del 35% de la inversión educativa. Desde 2010 esta inversión ha caído. ¿Podemos hacer más con menos?

R. Comparaciones internacionales demuestran que se puede. En España mucho del gasto se ha destinado a tener clases más pequeñas. Los sistemas educativos con grandes resultados y poca inversión dan prioridad a la calidad de los profesores. Un buen sistema educativo debe plantear cómo asegurarse de que los más necesitados tengan a los mejores profesores. En España no hay perspectivas para los docentes. Hay que proporcionar un verdadero plan de carrera, que puedan convertirse en profesores de profesores, por ejemplo. La profesión debe ser dueña de sus estándares, con mucha autonomía y a la vez colaboraciones entre los profesores y las escuelas.

P. El Congreso ha aprobado una nueva reforma educativa. ¿Cómo la evalúa?

R. Creo que las intenciones de las reformas son todas importantes. La cuestión es cómo implementarlas. Se percibe la ley como el producto final pero es solo el inicio, establece el marco.

P. La reforma recupera las reválidas en ESO y Bachillerato. ¿No teme que amplíe el problema del abandono escolar?

R. Creo que el nuevo sistema de evaluación es un paso muy importante. No se puede mejorar si no se puede evaluar. Los que más sufren de la falta de evaluaciones son los niños de familias desfavorecidas, porque nadie sabe en qué punto están. La cuestión de qué condicionantes acompañan a estos exámenes es pertinente. No podemos crear barreras para los alumnos. Tener exámenes duros, muy rigurosos, muy enfocados es muy importante, pero se tiene que acompañar de iniciativas para que los alumnos con problemas alcancen esos objetivos.

P. También introduce cambios en los itinerarios a partir de 3º de ESO. ¿Hay consenso sobre la edad mínima para elegir itinerarios?

R. Los itinerarios nunca deberían ser fijos; un alumno nunca debería tener que tomar una decisión que no se pueda revertir. Hay que tener una educación que siempre esté abierta, que siempre dé otra oportunidad. Si esas opciones son permanentes, pueden ir en contra de los alumnos. Y, de nuevo, penalizan a los alumnos de familias humildes.

P. En resumen, ¿existe un modelo mágico?

R. ¡Hay muchos caminos hacia el éxito! Todos tienen altas expectativas para cada estudiante, estándares muy altos, sistemas de evaluación muy fuertes y, al tiempo, con mucho apoyo. En España se sigue pensando que hay que tratar a cada alumno, cada escuela, cada profesor de la misma forma y que eso es equidad. No lo es. Equidad es invertir los recursos apropiados donde se necesitan.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_